De residencia cooperativa con Tangente y BDSKoop
El pasado mes de septiembre participamos durante tres días en una residencia cooperativa organizada por Grupo Ecos, La Veloz, BDSKoop y Tangente. Financiadas por el PERTE del Ministerio de Economía Social, las residencias cooperativas son una oportunidad bien estimulante de salir del día a día rutinario de reuniones y tareas infinitas para conocer otras realidades de la economía social y solidaria, compartir ideas, intercambiar experiencias y crear proyectos comunes con compañeras y compañeros de otros lares peninsulares.
Nos hacía muy felices poder conocer el polo cooperativo BDS-Koop, asociación que aglutina diferentes cooperativas y entidades de distintos sectores en la comarca del Bidasoa y que comparte proyectos con otras cooperativas de Gipuzkoa. En la expedición participamos varias cooperativistas de Tangente, La Veloz y la propia BDSKoop.
Aunque echamos de menos la visión catalana en la residencia, ya que nadie de Grup Ecos pudo estar en Irún, el grupo estuvo muy bien avenido, movido por las ganas de aprender de todas y la generosidad y entusiasmo del equipo BDSKoop que nos llevó de periplo por varios proyectos de la economía social y solidaria de Euskal Herria aderezados con productos de la tierra, comidas en sociedades gastronómicas y conversaciones sobre el presente y futuro de los pueblos y la economía social y solidaria.
Día 1
Llegamos a Sorburu Baratza en Hondarribi, una asociación cooperativa agroecológica que en 4 hectáreas produce variedad de frutos de la huerta, donde 25 socios y socias cultivan productos de temporada en ecológico para su consumo propio y el de otras clientas. En el grupo hay diferentes niveles de participación y se van organizando para la recogida semanal de su cesta con la aportación esencial de la técnica contratada, que gestiona la producción cooperativa. Alex nos contaba cómo desde su jubilación había cambiado su jornada frente al ordenador por la huerta y que estaba feliz.
Antes habíamos pasado por Izarkom, cooperativa de telecomunicaciones que ofrece internet y telefonía a más de 4.000 personas socias de Euskal Herria. En pandemia vivieron un boom de altas debido a la cobertura de datos que ofrecieron a centros de enseñanza y universidades durante el confinamiento. La coyuntura hizo que Izarkom tuviera repercusión mediática, se diera a conocer al público, y hoy día siga aumentando su base social y clientela año a año. Hala bedi! Que así siga.
Tras la pausa para degustar el riquísimo marmitako elaborado por Larrea, cocina cooperativa, en la sociedad gastrónomica junto a la histórica plaza Moskú de Irún, continuamos viaje al otro lado del Bidasoa, y del paso fronterizo que en los últimos años vuelve a ocupar portadas por los controles migratorios de la policía francesa denunciados tantas veces por Harrera Sarea y que protagoniza las historias del documental Bidasoa 2018 – 2023 de Fermín Muguruza, a punto de estrenar (y en el que participa Gari de BDS Koop).
Nada más cruzar el puente, en plena estación de Hendaia, se encuentra Borderline Fabrika, proyecto cultural de autogestión colectiva que trata de dinamizar la vida comunitaria de un barrio “dormitorio” como es el de la Estación de tren. Para ello, y para promover el pensamiento crítico, ofrece una agenda repleta de actividades variadas de encuentro lúdico, artístico y social, como talleres, exposiciones, festivales musicales y taberna. Para acabar la tarde pasamos a disfrutar de un baño y charleta sobre la arena de la gran playa de Hendaia.
Día 2
Al día siguiente visitamos la Plaza Feminista Intercultural y Hernani Burujabe, proyectos impulsados por el ayuntamiento junto a los movimientos sociales locales. ¿Una administración que promueve y financia una casa feminista antirracista a través de un proceso participativo y un proyecto de soberanía popular en sectores estratégicos como la energía, la vivienda, los cuidados, la alimentación..? Preguntábamos sorprendidas. Existe, en Hernani. Y vale la pena darlo a conocer.
Por la tarde conocimos BiziOla, cooperativa de iniciativa social que ha recuperado una antigua fábrica de la comarca del Goierri para desarrollar proyectos que pongan la vida en el centro, con un espacio de venta de alimentos ecológicos y de transformación alimentaria y también una plaza abierta para proyectos transformadores que responden a las necesidades básicas de la vida. Nerea, de Farapi Koop, nos contaba cómo con mucha ilusión y esfuerzo han renovado la antigua nave industrial de pastas Arruabarrena y proyectan habilitar un espacio de trabajo para proyectos de la ESS. Por ellas hicimos un brindis en la taberna con la cerveza artesanal Basabe.
Día 3
El tercer día causamos baja por asuntos de cuidados y nos perdimos la ronda de presentaciones de las socias de BDSKoop; Parean, Hiritik At, Badoa, Labore,… Así que nos quedamos con el buen sabor del entusiasmo y del conocimiento compartido y con las ganas de seguir aprendiendo y organizando proyectos comunes que pongan en el centro a la vida.
Y con la energía transformadora del equipo de BDSKoop que recordaba algo esencial: “Es necesario crear cooperativas, sí, pero sobre todo lo es crear cooperativistas”.
Para ello, para que seamos más cooperativistas y con ánimo de fortalecer una economía que ponga a las personas en el centro, seguimos participando en los encuentros programados, este mes en la de Tangente en Madrid y próximamente en una segunda fase de residencias cooperativas.
Me ha encantado leer el artículo y revivir la experiencia.
Gracias por vuestro trabajo
Gracias a vosotras, Claudia, por enseñarnos proyectos inspiradores y con tanto mimo.